Entrenar descalza se ha puesto de moda en los últimos años en el mundo de la actividad física pero… ¿Están realmente preparados nuestros pies hoy en día, para este tipo de entreno natural? ¿Pueden soportar la presión que llega al pie en el momento de quitarnos el zapato y pisar el suelo?

¡Descúbrelo aquí!:

El pie es un sistema muy complejo de varios huesos, articulaciones y tejidos blandos, diseñado para aguantar y reaccionar a impactos y distintas superficies. Durante millones de años, el ser humano caminaba descalzo y sus pies eran capaces de “recibir“ información e interactuar de forma natural con el suelo.

Con la llegada de la civilización hemos enfundado nuestros pies en zapatos cómodos con el objetivo de protegerlos pero, a la vez, los hemos cegado sensitivamente hablando.

Un zapato con demasiada amortiguación o con el talón muy alto nos aísla de nuestro entorno y evita que recibamos mucha información importante.

El calzado es para el pie como un molde: Por una parte amortigua los impactos que sufre a diario, lo protege de las agresiones del medio ambiente y le sirve para mantenerse en óptimas condiciones en cuanto a higiene y salud se refiere.

… Pero por otro lado, la elevación del talón o una suela muy dura, cambian por completo la pisada. El efecto molde hace que los músculos se atrofien, que las articulaciones pierdan su flexibilidad y evitan que a los pies les lleguen los estímulos suficientes.

Esto ofrece como resultado la pérdida de la funcionalidad natural del pie, encerrado en un zapato. Tanto los bailarines contemporáneos como los practicantes de artes marciales ya nos vienen enseñando, desde hace mucho tiempo, de lo que ahora se ha puesto tan de moda en el mundo del Fitness: La necesidad de entrenar descalzas para mejorar el sentido del equilibrio y la propiocepción, y poder ejecutar cada movimiento con mas precisión y menos gasto energético

¡Los beneficios que tiene para todo el cuerpo sentir el suelo directamente en la planta del pie al entrenar, volviendo a conectar con la tierra de manera natural pueden ser inmensas!
Ahora bien, para recuperar el buen funcionamiento del pie y conseguir de nuevo unos “pies inteligentes” necesitarás un proceso de transición y adaptación, comenzando por otorgarles más atención en tu rutina diaria.

Para ello deberás:

  • Cuidar tus pies y reconectar con ellos: Date de vez en cuando auto-masajes para mantener la flexibilidad de los dedos y la elasticidad de los puentes
  • Hidrata la piel y mantén una buena higiene del pie
  • Ponte zapatillas cómodas, sin mucho tacón, cuando tengas que caminar o estar de pie mucho tiempo
  • Evita sandalias sin sujeción en el talón, ya que cambian la forma de apoyar
  • Tus pies necesitan el feedback del suelo donde pisan: Empieza a caminar descalza en terrenos como césped, arena o piedras. Hazlo durante unos minutos al día; si consigues ser regular en poco tiempo conseguirás la adaptación del sistema musculo-tendinoso.
  • Tus pies tienen que ser fuertes y a la vez lo suficientemente flexibles para poder repartir bien el peso corporal: Incluye ejercicios diarios para tus pies como coger lápices o cualquier otro objeto pequeño del suelo con ellos

Además, como cada pie es un mundo y cuenta con sus propias necesidades, en el caso especial de que los pies necesiten un apoyo o protección a causa de lesiones u otras patologías, existen varias alternativas para adaptar el pie de manera más suave a un entreno descalzo:

  • Podemos usar zapatos minimalistas que nos aportan un plus de movimiento para los dedos y cuentan con una suela flexible que nos da la posibilidad de trabajar el pie en su conjunto
  • Podemos variar entre las series de nuestros entrenos, yendo descalza y después con zapatillas, para poco a poco acostumbrar al pie a utilizar su propio sistema de amortiguación compuesto por huesos y músculos
  • También podríamos añadir un óptimo calentamiento para la estructura del pie, intentando mejorar los desequilibrios musculares y las alteraciones articulares

En todas las clases de dona10 Pilates y Yoga en Barcelona y Mataró entrenamos descalzas, ya que nuestro objetivo pasa por reeducar los pies tanto al pisar como a la hora de hacer desplazamientos más complejos. Queremos estimular su propiocepción y fortalecer su musculatura extrínseca e intrínseca, a la vez que aumentamos la información que llega al sistema nervioso y mejorar el equilibrio.

Nota: recomendamos entrenar sin calzado, pero es necesario llevar calcetines antideslizantes fabricados para realizar yoga o pilates.

¿Y tú qué opinas al respecto? ¿Te gustaría darnos algún otro consejo para entrenar descalzas? ☺
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Artículo escrito por Johanna Mayer, instructora de Pilates de dona10