Que el estrés ocurra y ocasione daños no depende, en la mayoría de los casos, de lo que sucede en nuestro entorno, de las circunstancias externas, sino de cómo lo percibe nuestro organismo. Donde una persona percibe una amenaza, otra no. Es nuestro cerebro el que decide qué es y qué no es una amenaza. Existen diversas técnicas de psicoterapia que ayudan a la persona a desarrollar nuevos patrones de pensamiento y conducta para reprogramar nuestro cerebro de manera que modifique la percepción de dichas amenazas y por tanto no desemboque en tantas situaciones de estrés.
Además de estas técnicas cognitivas, existen diferentes prácticas que minimizan los efectos negativos que desencadenan en una situación de estrés. En un post anterior de nuestro blog hablamos de la importancia que tiene el control de la respiración. La respiración controlada es uno de los métodos más sencillos y eficaces para minimizar los efectos negativos de las situaciones de estrés. En este post explicaremos otra técnica eficaz: la meditación.
La meditación entendida en su vertiente occidentalizada está lejos de misticismos extraños o temas religiosos, simplemente es una técnica psicológica para lograr focalizar el pensamiento y relajar la mente. Para obtener el máximo beneficio se recomienda aprender la técnica junto a un profesional cualificado.
La meditación ha demostrado ser una herramienta muy eficaz para mejorar el equilibrio cognitivo, mejora nuestra aptitud frente a las posibles amenzas, aumenta la conciencia de las emociones y por tanto ayuda a comprender, tolerar y controlar situaciones que desencadenan angustia.
Además, algunos tipos de meditación parecen reducir los mediadores del estrés (efectos negativos que dañan nuestro organismo). La meditación trascendental, una técnica que utiliza la repetición silenciosa de una palabra o frase (un mantra), tiene efectos directos de mejora sobre los parámetros de salud que indican de manera objetiva desajustes provocados por situaciones repetitivas de estrés. Son numerosos los estudios científicos que han demostrado mejoras en la tensión arterial, en arritmias, en el nivel de cortisol basal y los picos de secreción de cortisol que provocan las situaciones de estrés.
Es importante el silencio, un lugar donde sentarse cómodamente y a algunos les ayuda poner música relajante. Con los ojos cerrados, debemos empezar por practicar la respiración profunda y la relajación muscular. Una vez relajados hay que procurar suprimir con delicadeza cualquier pensamiento que nos distraiga de nuestro cometido. Si aparecen, se eliminan como si se vertieran a un sumidero. Debes elegir una palabra, frase o imagen que nos va a servir para focalizar la mente e iniciar la meditación. Puede servir un lema de paz, un paisaje, una montaña nevada, un fragmento musical… durante 10 minutos hay que evocar hacia nuestros adentros esta frase o imagen, la cual llenará todo nuestro cerebro cada vez que exhalamos el aire de nuestros pulmones.
El Yoga es una disciplina que desde hace siglos practican millones de personas en todo el mundo. Los practicantes dicen que practicando yoga sienten que controlan su respiración, su cuerpo, su mente y su salud. Hay muchísima bibliografía al respecto, puedes encontrarla en el libro que indicamos a continuación. El doctor José Enrique Campillo es médico y catedrático de Fisiología en la Universidad de Extremadura. Es premio Nacional de Investigación 1989 y autor de diversos libros.
Texto extraído del libro “El mono estresado”, de José Enrique Campillo, Editorial Crítica.
En nuestros centros de Barcelona impartimos diferentes clases de yoga. Ven a conocernos y aprende meditación con nosotros.
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Muy buen artículo. Tengo más claro cómo calmar ahora el estrés. Enhorabuena por estas líneas.