Podríamos definir el Pilates como un método basado en una serie de ejercicios que movilizan las articulaciones, tonifican y flexibilizan la musculatura, mejoran la movilidad y la estabilidad de la columna vertebral y ayudan a conseguir una postura más saludable. Según el propio Joseph Pilates, “el programa desarrolla el cuerpo de forma uniforme, corrige malas posturas, recupera la vitalidad física, fortalece la mente y eleva el espíritu”.

Cuando era aún una adolescente, me dijeron que tenía escoliosis; el quiropráctico al que acudía me “recetó” unos ejercicios. Cada día hacía estos ejercicios en casa, colgaba las poleas que me habían facilitado y me las ponía en los pies para hacer el movimiento de la bicicleta con las piernas.

En ese momento, yo me tomaba esa serie de ejercicios como una píldora que “curaría” mi escoliosis. No sabía lo que estaba haciendo, y no fue hasta que me formé como instructora de Pilates, que entendí el objetivo de esos ejercicios. Nadie me enseñó a respirar, nadie me dijo cómo tenía que colocar mi pelvis o a qué velocidad tenía que moverme.

Explico esta anécdota porque dando clases he vuelto a sentir esa sensación (a través de mis alumnos) de entender el Pilates como una “píldora” o como una fórmula mágica que consiste en imitar o reproducir un movimiento. Por ese motivo, siempre insisto en que no me importa la forma de un movimiento, sino su contenido.

Debemos siempre entender cuál es la esencia de cada ejercicio para que tenga sentido lo que hacemos. A veces, parece que si no sentimos “quemar” un grupo muscular no estamos realizando un buen trabajo; y nada más lejos de la realidad. Hay ejercicios en los que buscamos movilizar una articulación o simplemente queremos enseñar a disociar el binomio pelvis-cadera.

Es por esto, que nos debemos plantear si estamos haciendo Pilates como un medio o como un fin. Es posible que alguien entienda el Pilates como un fin, y su objetivo no sea otro que llegar a hacer todos y cada uno de los ejercicios en su forma original, independientemente de lo beneficiosa o perjudicial que pueda llegar a ser la ejecución de esos ejercicios.

Para nosotros, el Pilates es un medio para conseguir los beneficios que hemos descrito más arriba. Por este motivo, siempre vamos a promover las adaptaciones y modificaciones de los ejercicios para adecuarnos a la persona que tenemos delante, a su postura, patologías o lesiones. Así mismo, vamos a promover el uso de diferentes accesorios para que puedas hacer el ejercicio respetando una correcta alineación. Si estás en clase y ves que la persona que está a tu lado no tiene una elevación detrás de la cabeza o debajo de la pelvis y tú sí, no pienses que es porque alguna de las dos lo está haciendo mal. El fin no será no tener que usar ningún accesorio, sino hacer el ejercicio respetando tus necesidades.

Así, a la definición inicial, añadiría que el objetivo del método Pilates es conseguir un mejor control del cuerpo y conocerlo en profundidad para poder ejecutar mejor los movimientos, reduciendo así el riesgo de lesiones y garantizar una mejora de la forma física general.

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Artículo escrito por Mar Mondejar, instructora de Pilates en dona10