Para entender las diferencias que hay entre estas dos disciplinas… ¿Qué os parece si revisamos su historia? 😉

El Método Pilates fue desarrollado por Joseph Hubertus Pilates en el siglo XX. Joseph fue un niño que enfermaba a menudo, lo cual le motivó a conocer su cuerpo y buscar la manera de fortalecerlo. Para ello, a lo largo de su vida adolescente y adulta estudió diferentes disciplinas de culto al cuerpo.

Durante la primera guerra mundial fue internado en un campo de concentración en Inglaterra, donde empezó a desarrollar una metodología para ayudar a los pacientes más débiles.

Más tarde, en los años veinte, emigró a Nueva York con su mujer donde abrieron un estudio donde muchos bailarines se convirtieron en sus clientes. Podemos decir que su método fue inspirado por las disciplinas que él mismo practicó: la gimnasia, filosofías orientales como el Yoga o el TaiChi junto con el estudio de la anatomía y la mecánica corporal.

El Yoga es una disciplina milenaria que contiene una amplia gama de enseñanzas de diferentes maestros. Es un conjunto de técnicas y actitudes para el desarrollo personal de una persona a nivel físico, mental y espiritual. Nace hace aproximadamente cinco mil años en la India, siendo su base los conocimientos transmitidos por cada maestro a sus discípulos.

El Yoga contemporáneo que conocemos en Occidente actualmente, y con el que podemos comparar el Método Pilates, lo empezó a difundir el Maestro Sri T. Krishnamacharya (1888-1989) a finales del s.XIX. Más tarde sus cinco discípulos (BKS Iyengar, Pattabhi Jois, TKV Desikachar, Indra Devi y Srivatsa Ramaswami) continuaron impartiendo sus enseñanzas por todo el mundo.

¿En qué se diferencian en cuanto a los objetivos?

La diferencia más notable es que Pilates es un Método de entrenamiento basado en una serie de ejercicios que tienen como objetivo conseguir un buen control corporal, tanto físico como mental, a través del conocimiento del propio cuerpo para poder ejecutar correctamente los movimientos.

El objetivo del Yoga es llegar a la unión con uno mismo (mente-cuerpo-espíritu) y a su vez a la unión del individuo con el cosmos, pues esta disciplina tiene un componente espiritual. Podríamos decir que cada practicante de yoga puede buscar una finalidad distinta, desde fortalecer y flexibilizar su cuerpo hasta aumentar la capacidad de concentración, meditar o relajarse. En cualquier caso, el yoga es una vía de autoconocimiento y de realización personal en todos los ámbitos de la vida.

¿Y en la práctica?

En la práctica una de las mayores diferencias es la respiración. En Pilates se promueve la respiración tridimensional o intercostal de una forma postero-lateral. Es decir, usamos las costillas para abrir la caja torácica en todos sus planos, aunque lo hacemos de forma controlada para mantener nuestro abdomen activo durante los ejercicios.
En cambio en Yoga, la mayoría del tiempo, promovemos la respiración completa: usamos el abdomen, las costillas y el pecho para ello, alargando y profundizando al máximo en cada respiración. Además, en Pilates se exhala por la boca mientras que en Yoga, en la mayoría de prácticas, inhalamos y exhalamos por la nariz, debido a sus numerosos beneficios.

¿En qué se parecen estas dos disciplinas?

A pesar de que algunos ejercicios de Pilates se asemejan a algunas posturas de Yoga en su forma, la ejecución dentro de una clase de Pilates es distinta: la manera de entrar en la postura es muy concreta y la respiración suele ser distinta durante la ejecución. Además normalmente se realizan varias repeticiones del mismo ejercicio.

En Yoga también buscamos controlar el cuerpo al entrar y salir de las posturas de forma segura, así como un control físico y mental para mantener algunas posturas en estático, mientras respiramos conscientemente durante toda la práctica. Aunque en algunas escuelas de yoga, también se le da importancia a poder pasar de una postura a otra fácilmente, creando así una secuencia de movimientos fluidos en las que no encontramos tantas repeticiones ni posturas unilaterales como vemos en Pilates.
A su vez, las posturas de yoga (asanas) tienen como objetivo final ser cómodas y estables para poder actuar sobre nuestra mente, pues en realidad nos preparan para el estado de contemplación/meditación.

Por lo tanto, a pesar de que se enfoquen de manera distintas las prácticas, podemos afirmar que estas dos disciplinas trabajan el cuerpo y la mente en conjunto, para buscar un estado físico óptimo.

¿Qué materiales se utilizan?

Tanto el Pilates como el Yoga se pueden practicar simplemente con una esterilla en cualquier lugar. No obstante, ambas disciplinas tienen algunos elementos externos que nos ayudarán a ello.

Los materiales en Pilates (banda elástica, softball, aro, toning balls…) se pueden usar como un complemento para facilitar el ejercicio para principiantes o personas con alguna molestia física, o para retar a los alumnos en niveles intermedios o avanzados.

Normalmente, en la mayoría de estilos de Yoga usamos el material como los bloques o el cinturón para ayudarnos a llegar a algunas posturas más fácilmente. En cambio, podemos ver que en Yoga Iyengar se utilizan varios elementos para mejorar la colocación/alineación de las posturas: la silla sin respaldo, las mantas, los bloques, etc. En el estilo Yin Yoga, los “bolster”, las mantas y los bloques nos ayudan a permanecer más tiempo cómodamente en una postura y conseguir la relajación completa durante la práctica.

¿Qué disciplina debo elegir?

Estas disciplinas se pueden combinar perfectamente a la vez puesto que las dos nos ayudan a tener un mejor control del cuerpo, potenciando la propiocepción, el equilibrio, la fuerza y la flexibilidad. Además de una conexión del cuerpo físico con nuestra mente.

Sin embargo, si hace tiempo que no practicas ningún deporte o tienes alguna lesión puedes empezar a retomar la actividad física con el Pilates ya que es un método creado desde sus inicios para ayudarnos a mantener un cuerpo saludable, aprendiendo a ejecutar los ejercicios de forma controlada y reduciendo al máximo el riesgo de lesiones.

Dependiendo de lo que busques con el Yoga, un camino más físico o uno más espiritual, puedes optar por el estilo de Yoga que resuene más contigo. Si tienes una forma física que te permita hacer cualquier deporte y además necesitas bajar los niveles de estrés o aprender a relajarte, esta es tu disciplina

Artículo escrito por Yaiza Ruiz Tocornal – Instructora de Pilates de dona10 y Fisioterapeuta

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