Como bien dice mi querido maestro el Dr. J. Sagrera Ferrándiz, “el Quiromasaje es un arte que aúna la técnica y la sensibilidad”.

Existen libros sagrados del hinduismo, (3000 años a.C), que describen manipulaciones y beneficios de ciertas “fricciones”.

Médicos y sacerdotes egipcios ya hacían uso del masaje con fines terapéuticos y sanadores.

Los sabios griegos observaron los beneficios del masaje en pruebas atléticas, aplicando aceites con el fin de aliviar la fatiga de los atletas y luchadores.

Hipócrates, (450 a.C), fue un poco más allá, y estableció unas reglas referentes a la dirección de las manipulaciones en referencia al corazón, aunque fue Miguel Servet quien 2000 años después, lo relacionó acertadamente con el sistema circulatorio.

A finales del siglo XIX, principios del XX el masaje ya no se aplica solo de forma empírica, sino científica, con el respaldo de la anatomía y fisiología humana. Es entonces donde empiezan a surgir diversas escuelas europeas, americanas y orientales, (China y Japón especialmente).

Por cierto, no te había explicado aun el significado de la palabra Quiromasaje.

El término “quiros” procede del griego y quiere decir “manos”, y “masa”, amasar con suavidad, o sea, es un masaje en el que no se emplea ningún tipo de aparatología, únicamente se aplican las manos, que sienten, ven y oyen…

Según sea necesario, seleccionaremos las maniobras, su intensidad, velocidad y profundidad, convirtiendo el masaje en estético, deportivo, descontracturante, terapéutico o relajante.

Hablemos ahora de los efectos del masaje sobre el organismo.

Los podemos clasificar en dos grupos, Efectos Mecánicos y Efectos Psicosomáticos.

Nos referimos a los Efectos Mecánicos producidos por el contacto directo de las manos del terapeuta sobre el cuerpo del paciente. El efecto es directo y local, relajante o revitalizador, dependiendo del objetivo, aunque a su vez dicho efecto local desencadena beneficios a distancia sobre multitud de aspectos, como por ejemplo sobre la circulación sanguínea, especialmente la circulación venosa. El masaje activa la velocidad del vaciado venoso, beneficiando el retorno de la sangre hacia el corazón.

Asimismo, la circulación linfática también se ve beneficiada, dado que el nacimiento de los vasos linfáticos está a nivel cutáneo, el masaje vigoriza y acelera su efecto de drenaje.

Muchos estudios apuntan que el masaje estimula la producción de endorfinas, cuyo efecto es antiinflamatorio y analgésico natural, de ahí los beneficios sobre el complejo sistema nervioso.

El tejido muscular y adiposo, tejidos principales sobre los que aplicamos las maniobras del masaje, sea con efectos relajantes o tonificantes, eliminando toxinas, ayudando a la reabsorción de líquidos intersticiales, con la consiguiente mejora de la celulitis.

El metabolismo del paciente se acelera debido a la acción del masaje, incrementando la oxigenación celular y la eliminación de nitrógeno y cloruro de sodio. Un metabolismo más activo favorecerá la pérdida de peso.

Un masaje adecuado, tiene especial efecto sobre las vísceras huecas, (aparato digestivo), favoreciendo la regularidad de su vaciado. Existen manipulaciones que mejoran el estreñimiento crónico.

Hay que poner en valor los Efectos Psicológicos del masaje, ¡que son muchos!

La preparación, con sumo esmero, de la cabina creando un ambiente relajado, confortable y sin ruidos, con la temperatura adecuada y una iluminación suave e indirecta, es un ritual que predispone tanto al terapeuta, como al paciente, a disfrutar de un intercambio energético y sensorial delicioso y equilibrado.

Disfrutar de un masaje en silencio y sin interrupciones, creando una atmósfera de calma y serenidad, donde la concentración del terapeuta, provoque la relajación total del paciente, repercute positivamente en el resultado final.

La armonía y confianza que transmiten las manos del quiromasajista, alivian y curan.

Contemplemos el masaje como una terapia, pero también como una acertada inversión en salud.

¿Quién puede resistirse a disfrutar de pequeños placeres como este?

Hazte un regalo, ¡regálate un masaje! ☺

Artículo escrito por Cristina García – Instructora de Pilates y Entrenadora Personal de dona10 y Quiromasajista

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