La postura es mucho más que simplemente estar erguida, es un reflejo de nuestro estilo de vida y salud general. En nuestra vida diaria, la postura se ve comprometida por largas horas frente al ordenador, el uso constante de dispositivos móviles, y hábitos sedentarios.

Esto puede generar dolores crónicos de espalda y cuello que no solo afectan a nuestro bienestar físico, sino también a nuestra calidad de vida. Aquí es donde entra en juego el Pilates, una disciplina que no solo mejora la postura, sino que también proporciona una solución efectiva a estos problemas tan comunes .

Veamos cómo:

Pilates es un método de ejercicio desarrollado por Joseph Pilates donde, través de una serie de movimientos controlados y respiración consciente, no solo se mejora la fuerza y la estabilidad, sino que también se “enseña” al cuerpo a moverse de manera más eficiente y erguida.

El core, que incluye los músculos del abdomen, la parte baja de la espalda, las caderas y los glúteos, es esencial para sostener una postura correcta. Pilates pone un énfasis particular en fortalecer estos músculos, algo indispensable para mantener la columna vertebral alineada y estable. El fortalecimiento del core es un pilar fundamental en Pilates, ayudando a reducir la tensión en la espalda y el cuello.

Pilates también se centra en mejorar la alineación y la flexibilidad del cuerpo. A través de movimientos que elongan la columna y “abren” las áreas tensas nos ayuda a corregir desequilibrios posturales, facilitando una postura más erguida y relajada.

Además de fortalecer el core y mejorar la flexibilidad, Pilates ofrece ejercicios específicos que pueden ayudar directamente a mitigar el dolor de espalda y cuello. Por ejemplo, ejercicios como ”Swan Dive’” y “Chest Lift” no solo fortalecen los músculos de la espalda baja y superior, sino que también promueven una mejor actividad de la columna vertebral, algo crucial para mantener una postura saludable.

Uno de los principios fundamentales del Pilates es el control, o la capacidad de mover el cuerpo con precisión y conciencia. Este enfoque no solo mejora la técnica, sino que también aumenta la conciencia sobre cómo nos movemos en nuestra vida diaria. La práctica regular de Pilates nos enseñará a ser conscientes de posturas y movimientos habituales que puedan estar contribuyendo a la tensión o el dolor.

Artículo escrito por Sonia Arz Sola

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